El ascenso a Primera consolida y refuerza el modelo de gestión del argentino Bragarnik

Elche (España), 1 jun (EFE).- El ascenso logrado este domingo por el Elche a la Primera División española consolida y refuerza el modelo de gestión del empresario argentino Christian Bragarnik, quien añade al éxito económico el deportivo.

El ascenso en La Coruña es el segundo que logra el Elche desde que el representante argentino adquirió la propiedad de la entidad, si bien en el primero, condicionado por la pandemia, dejó hacer al anterior equipo de gestión y sólo asumió el mando tras finalizar la temporada.

El logro deportivo lleva acompañado del éxito en las finanzas, ya que el club ha podido cancelar este curso, con doce años de antelación, su convenio de acreedores tras cumplir de forma íntegra el convenio.

La gestión liderada por Bragarnik ha permitido sanear el Elche, que arrastraba una deuda superior a 47 millones de euros desde su concurso de acreedores en 2015, en un tiempo récord.

El empresario, que adquirió la entidad en diciembre de 2019, ha ido moldeando el club a su imagen y semejanza de forma pausada pero implacable, relevando del cargo a empleados históricos y situando a profesionales de su máxima confianza en las principales áreas de la entidad.

En el apartado deportivo, Bragarnik siempre quiso un equipo “protagonista y ofensivo”, sobre todo en Segunda División, donde el objetivo era ganar muchos partidos para optar al ascenso.

Lo intentó con la contratación como entrenador de su compatriota Sebastián Beccacece, a quien un mal final de Liga condenó el pasado curso, pero lo ha conseguido con Eder Sarabia, otro técnico devoto del juego ofensivo y de la posesión con el que ha mostrado una sintonía total.

En los despachos, el director general, el también argentino Pedro Schinocca, es la imagen y la voz de Bragarnik durante los largos periodos en los que el empresario no está en Elche.

Schinocca tiene hilo directo con el empresario y también forma parte, junto a Pepe Contreras, secretario técnico, y el propio Bragarnik, del área deportiva que negocia fichajes y renovaciones.

El club prescindió el pasado verano de la figura del director deportivo, cargo para el que se había elegido a Chema Aragón, pero el técnico decidió abandonar el proyecto por discrepancias con el club al mes de su llegada.

Bragarnik también ha situado en las áreas de marketing y comunicación a profesionales de su confianza y ha reducido el número de argentinos en el vestuario, donde llegaron a convivir hasta siete compatriotas suyos.

Los únicos argentinos del Elche en la actual plantilla son tres jugadores determinantes, como el portero Matías Dituro y los centrocampistas Nico Castro y Nico Fernández.

En el caso de Nico Fernández, Bragarnik desveló que recibió una oferta de 10 millones por el jugador, pero la rechazó tras recordar que el club no necesitaba vender sino mantener el nivel en la plantilla para pelear por el ascenso.

En los últimos tiempos, el empresario también se está acercando algo más a los aficionados del Elche, que le acusaron en sus inicios de mantener una postura distante con la sociedad ilicitana.

Desde hace meses, ya no es extraño ver a Bragarnik participar en actos de las peñas, eventos institucionales y actividades de la cantera ilicitana.

Tras devolver al Elche a Primera y sanear sus cuentas, el próximo reto del empresario es completar la reforma del Martínez Valero y, sobre todo, la construcción de una ciudad deportiva que convierta al club ilicitano en uno de los referentes futbolísticos de España. EFE

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