Federico de Dinamarca otorga a sus sobrinos la Gran Cruz de la Orden de Dannebrog: el Rey tiende puentes en medio de la disputa familiar

El monarca danés vuelve a acercarse a la familia de su hermano Joaquín, conocido como “el príncipe desterrado”

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El rey Federico con sus
El rey Federico con sus sobrinos Nicolás y Félix. (Kongehuset)

En el marco de su 57 cumpleaños, el rey Federico X de Dinamarca ha protagonizado un gesto que ha sido interpretado por muchos como un intento de reconciliación familiar: ha concedido a sus sobrinos mayores, Nicolás y Félix, la Gran Cruz de la Orden de Dannebrog, una de las condecoraciones más prestigiosas del país escandinavo. Este acto simbólico, aunque celebrado de forma privada, no ha pasado desapercibido y ha reabierto el debate sobre la relación entre el monarca y su hermano menor, el príncipe Joaquín.

La ceremonia tuvo lugar este lunes en el Palacio de Amalienborg, residencia oficial de la familia real danesa, poco antes del tradicional saludo desde el balcón por su cumpleaños. Federico apareció ante los ciudadanos acompañado por su madre, la reina emérita Margarita II; su esposa, la reina Mary; y tres de sus hijos: Isabella, Vincent y Josephine. Mientras la familia más cercana saludaba al público que entonaba el “Cumpleaños feliz”, Nicolás y Félix permanecieron en el interior del palacio, lejos de los focos, pero no por ello ausentes del homenaje.

Ambos jóvenes fueron convocados para recibir en privado la Gran Cruz de Dannebrog, una distinción que los vincula de forma solemne con la historia y el legado de la monarquía danesa. Según ha explicado la casa real en su sitio web, como parte del reconocimiento, cada condecorado debe diseñar un escudo heráldico personal que será expuesto en la Capilla de los Caballeros del Castillo de Frederiksborg, en Hillerød, donde reposan símbolos de otros ilustres galardonados.

El príncipe Joaquín, la princesa
El príncipe Joaquín, la princesa María, el conde Enrique, el conde Nicolás y la condesa Atenea de Dinamarca se encuentran en un balcón mientras la reina Margarita (no aparece en la foto) celebra su 83.º cumpleaños en el castillo de Amalienborg, Copenhague, Dinamarca, el 16 de abril de 2023. (Ritzau Scanpix/Mads Claus Rasmussen vía REUTERS).

Este gesto del soberano cobra especial relevancia si se tiene en cuenta el trasfondo familiar que lo rodea. En 2022, la entonces reina Margarita tomó la decisión de reducir el número de miembros activos de la familia real, lo que supuso que los cuatro hijos del príncipe Joaquín, Nicolás, Félix, Henrik y Athena, perdieran sus títulos de príncipes y pasaran a ser condes y condesa de Monpezat. La medida generó un profundo malestar, no solo en los jóvenes, sino también en su padre y en las madres de los niños: Alexandra y Maria.

Joaquín, visiblemente afectado, no dudó en expresar públicamente su desacuerdo, calificando la decisión como un golpe para sus hijos. Las tensiones con su hermano mayor se intensificaron a raíz de aquel episodio, al punto que su relación pasó a describirse como “complicada” por el propio Joaquín. Poco después, él y su esposa Marie trasladaron su residencia a Washington junto a sus hijos menores, alejándose del núcleo de la familia real y reforzando la imagen de una ruptura, que algunos medios bautizaron como el “Harry y Meghan” danés.

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“Tenemos un rey con gran corazón”

En este contexto, la condecoración a Nicolás y Félix ha sido vista como un intento de Federico por reconstruir puentes. Nicolás, ahijado del actual monarca, mantuvo una relación muy cercana con su tío durante años, especialmente cuando este aún no era padre. Con el paso del tiempo, tanto él como su hermano se han convertido en una suerte de representantes informales de Joaquín en Dinamarca, participando en eventos reales mientras su padre permanece en el extranjero.

La entrega de la Gran Cruz no ha sido el único momento reciente en el que los hijos mayores de Joaquín han estado presentes en la agenda pública de la corona. Hace apenas unas semanas, participaron en la celebración por el 18 cumpleaños de la princesa Isabella, reafirmando su vínculo con la familia real, a pesar de los cambios en su estatus.

El gesto de Federico ha generado reacciones entusiastas en las redes sociales oficiales de la monarquía. “Tenemos un rey con gran corazón”, “Esto sí es nobleza de espíritu” o “Una decisión acertada y necesaria”, fueron algunos de los comentarios más repetidos por los ciudadanos daneses, que han interpretado esta acción como una señal de que los lazos familiares aún pueden sanar.

Sin embargo, no todos lo ven como una reconciliación plena. Algunos observadores señalan que el gran ausente en este gesto ha sido el propio Joaquín, quien, pese a ser el progenitor de los homenajeados, no ha recibido ninguna distinción por parte de su hermano. Para estos sectores, la condecoración a Nicolás y Félix no sería tanto un acercamiento, sino una forma sutil de marcar distancia con el príncipe.

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