Un buque de guerra británico desafía las amenazas chinas: “Reino Unido ha defendido una vez más la libertad de navegación”

China impone de manera unilateral restricciones a la navegación en un territorio con el estatus de aguas internacionales, superponiéndose a las zonas económicas exclusivas de varios países del sudeste asiático

Guardar
Imagen de archivo de un
Imagen de archivo de un buque británico. (Europa Press/Contacto/Mc2 Russell Lindsey/U.S. Navy).

Al mismo tiempo que las tensiones internacionales alcanzan su punto álgido en Oriente Medio, la región del Asia Pacífico vuelve a hacer saltar las alarmas. En los últimos años, China ha reforzado su presencia militar en esta región para lleva a cabo su política expansiva en tierra, mar y aire sobre el continente. Uno de los primeros objetivos del régimen de Xi Jinping es Taiwán, la isla autogobernada respaldada por Estados Unidos que China considera que es parte de su territorio, y que por ello pretende reintegrarlo por las buenas o por las malas, como ya ha hecho con Hong Kong y con Macao.

El punto caliente de este conflicto es el Estrecho de Taiwán, que separa la China continental de la isla de Taiwán y donde Pekín ha realizado numerosas incursiones militares. Además, China ha impuesto de manera unilateral restricciones a la navegación en un territorio que está considerado según el derecho internacional como aguas internacionales, ignorando así el derecho a la libertad de navegación sobre estas aguas.

Este viernes, un buque británico de la Royal Navy decidió ignorar las advertencias de China y navegó a través de estas aguas, en cumplimiento del derecho internacional, según confirmó la Oficina Británica en Taipéi. La travesía del HMS Spey marca la primera vez desde 2021 que un buque de la Royal Navy cruza el Estrecho de Taiwán. En aquella ocasión, el HMS Richmond realizó el tránsito como parte del Carrier Strike Group británico, lo que provocó una respuesta inmediata de Pekín, que desplegó fuerzas militares para seguir y monitorizar la nave.

Las delegaciones de Estados Unidos y China han anunciado este miércoles un acuerdo marco para reactivar la tregua comercial, un pacto que se centrará en el "consenso de Ginebra", alcanzado durante la primera ronda de contactos en mayo en esta ciudad suiza, tras el repunte de las tensiones durante las últimas semanas. (Fuente: The White House, Howard Lutnick X, Li Chenggang X)

La reacción china ante la reciente operación no ha sido menos contundente. El embajador chino en el Reino Unido reiteró la posición oficial de su país, afirmando: “Los derechos e intereses de China en el Mar de China Meridional se han establecido a lo largo de la historia y tienen una base sólida y legal. ”El Reino Unido no logrará debilitar la firme determinación de China de salvaguardar su soberanía territorial y sus derechos e intereses marítimos”, sentenció.

La reacción de Taiwán no se hizo esperar. El Ministerio de Asuntos Exteriores taiwanés celebró la acción, interpretándola como una muestra tangible del compromiso británico con la consideración del Estrecho de Taiwán como aguas internacionales. En palabras del ministerio, “el Reino Unido ha defendido una vez más la libertad de navegación en el Estrecho de Taiwán con acciones concretas y ha demostrado su firme posición de que el Estrecho pertenece a aguas internacionales”.

El Tribunal de Arbitraje de La Haya desestima los argumentos de China

El derecho internacional, respaldado por el fallo de 2016 del Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya, desestimó las reclamaciones territoriales expansivas de China en el Mar de China Meridional, considerándolas carentes de fundamento legal. Este dictamen reafirmó que la región se rige por las leyes marítimas internacionales, incluyendo el principio de libertad de navegación. A pesar de ello, China mantiene su control sobre vastas áreas del mar, superponiéndose a las zonas económicas exclusivas de varios países del sudeste asiático. En los últimos meses, buques de Canadá, Estados Unidos y Alemania también han cruzado el Estrecho de Taiwán.

En el ámbito de la defensa británica, la travesía del HMS Spey ha suscitado un intenso debate sobre la idoneidad de enviar un patrullero relativamente poco armado a una zona disputada por una potencia como China. Algunos analistas consideran que el despliegue de estos buques, aunque limitado en capacidad ofensiva, cumple una función diplomática relevante y contribuye a la presencia británica en regiones estratégicas. Otros señalan que la presencia de los patrulleros ayuda a proteger los intereses de naciones más pequeñas, como la lucha contra la pesca ilegal.

OSZAR »