Un exmaratoniano revela la clave para correr más rápido: “¿Cómo vais a correr los europeos como los keniatas si ellos duermen 16 horas?”

Hugo Van den Broek, exmaratoniano holandés y ahora entrenador de élite, vive en Kenia y ha descubierto que la clave para correr como los mejores atletas del mundo está en el descanso

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El atleta keniata Eliud Kipchoge
El atleta keniata Eliud Kipchoge tras ganar la Maratón de Londres (REUTERS/Paul Childs)

Hugo Van den Broek, exmaratoniano holandés y ahora entrenador de élite, ha descubierto desde su residencia en Iten, Kenia, la clave que separa a los buenos corredores de los campeones: el descanso. El técnico, que en su época como atleta logró correr la maratón en 2 horas y 12 minutos, observa con escepticismo cómo muchos corredores europeos intentan equipararse a los fondistas africanos sin modificar los hábitos que realmente marcan la diferencia. “Creen que basta con acumular kilómetros y seguir una buena planificación, pero en realidad subestiman algo básico: el descanso. Aquí, en Kenia, el rendimiento no se entiende sin dormir y recuperar como prioridad”, sentencia.

Van den Broek vive desde hace años inmerso en la cultura del atletismo de fondo en Kenia, un país en el que nacen algunos de los mejores maratonistas del mundo. Desde Iten, un poblado conocido como “la casa de los campeones” por la cantidad de atletas que entrena a diario sobre sus caminos, asegura que el éxito no es fruto únicamente de una supuesta superioridad genética. “La genética influye, sin duda, pero lo que realmente hace la diferencia está en la manera de vivir. Aquí todo gira en torno al rendimiento: se entrena duro, pero se descansa incluso más”, explica. Esa visión responde a un estilo de vida mucho más sobrio y ordenado, que contrasta con el modelo occidental: “En Europa quizá entrenen bien, pero luego usan la tarde para ir de compras, salir con amigos o estar pegados al móvil. Eso les resta frescura. En cambio, en Kenia, el día se organiza con tres prioridades: correr, comer y descansar”.

El entrenador subraya que los corredores kenianos pueden llegar a dormir hasta 16 horas al día entre el sueño nocturno y las siestas. Este enfoque, dice, es lo que les permite mantener una alta capacidad física y mental frente a los rigores de los entrenamientos. Para él, no se trata solo de cuánto se corre, sino de cómo se gestiona la recuperación, que considera como parte integral del entrenamiento: “Cuando el cuerpo descansa es cuando realmente mejora. Si no te recuperas, toda esa carga de trabajo no sirve para nada”.

lbert Korir, de Kenia, y
lbert Korir, de Kenia, y Tamirat Tola, de Etiopía (EFE/EPA/SARAH YENESEL)

Van den Broek conoce estas prácticas no solo como entrenador, sino desde su vida personal. Está casado con Hilda Kibet, atleta keniana destacada, y a lo largo de los años ha asimilado estas costumbres esenciales. Según explica, el modo de vida en Kenia responde a una filosofía minimalista en la que las distracciones desaparecen y solo queda aquello que contribuye al desempeño atlético. “Aquí no hay televisión, redes sociales o reuniones innecesarias. Todo apunta hacia un mismo objetivo: mejorar el rendimiento”, señala. Este contraste con el estilo de vida europeo es, según él, una barrera que impide que muchos atletas aprovechen todo su potencial.

Los corredores europeos y los keniatas

El holandés critica que los corredores europeos buscan emular el éxito de los keniatas copiando sus series de entrenamiento, acumulando kilómetros o viajando a altitudes similares, pero se olvidan de ajustar los elementos básicos como el descanso. “El entrenamiento invisible, como lo llamamos, es tan importante como correr. Pero requiere disciplina, porque significa aprender a decir no a muchas cosas: a las fiestas, a las redes sociales, incluso a los compromisos sociales si no aportan al rendimiento”.

Kelvin Kiptun y su entrenador han fallecido en un accidente de tráfico en una carretera de Eldoret, en Kenia.

Para Van den Broek, la clave reside en cambiar las prioridades. En Kenia, la cultura del esfuerzo está ligada a una visión pragmática de la vida, en la que se eliminan todas las interferencias externas. “Aquí no tienes la presión de cumplir con mil cosas. Todo está orientado a entrenar fuerte y descansar mejor. Esa combinación es la que permite al cuerpo absorber la carga de trabajo y convertirla en rendimiento efectivo”.

Finalmente, el técnico deja un mensaje claro para quienes buscan igualar a los atletas africanos: el éxito no se consigue solo en la pista de entrenamiento o en la cantidad de kilómetros diarios. “Si quieren correr como los keniatas, tendrán que vivir como ellos. Eso es aprender a desconectar, dormir cuando el cuerpo lo pide y dejar de competir con las distracciones del día a día. En el descanso está la diferencia entre cansarte y mejorar”.

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