Cinco hábitos que podrían evitar que pierdas peso y quizá no conocías

Acciones que parece que no tendrían gran impacto pueden interferir con los esfuerzos para adelgazar y frustrar los objetivos personales

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Tomar en cuenta estas acciones
Tomar en cuenta estas acciones podría ser la clave para bajar de peso. (Imagen Ilustrativa Infobae).

Muchas personas que buscan perder peso a través de una alimentación balanceada y ejercicio regular no logran alcanzar sus objetivos debido a ciertos hábitos que, aunque parecen inofensivos, pueden sabotear su progreso.

Estos comportamientos suelen pasar desapercibidos, pero tienen un impacto significativo en el metabolismo y la capacidad del cuerpo para quemar grasa. Entre ellos, destaca el hábito de realizar ayunos prolongados o dejar de comer sin una estrategia adecuada, lo que puede ralentizar el metabolismo, aumentar los atracones y afectar la masa muscular. Este enfoque desordenado, lejos de ser beneficioso, puede generar ansiedad, debilidad y desequilibrios hormonales.

El ayuno intermitente, cuando se realiza de manera planificada y bajo supervisión profesional, puede ser una herramienta útil para algunas personas.

Sin embargo, saltarse comidas al azar o pasar largas horas sin ingerir alimentos puede llevar al cuerpo a entrar en “modo ahorro”, reduciendo la cantidad de calorías que quema. Además, esta práctica puede provocar un hambre extrema que, en muchos casos, deriva en atracones descontrolados en la siguiente comida.

Para evitar estos efectos negativos, se recomienda mantener un patrón de comidas regulares, aunque sean ligeras y saludables, y escuchar las señales del cuerpo para identificar posibles desequilibrios.

Algunos de estos hábitos, aunque
Algunos de estos hábitos, aunque parezcan poco relevantes, podrían tener implicaciones en el control de peso aunque se hagan otras acciones como hacer ejercicio. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otro hábito que interfiere con la pérdida de peso es subestimar las calorías líquidas. Bebidas como jugos naturales, cafés con crema, refrescos light, bebidas energéticas y smoothies, aunque aparentan ser opciones saludables, pueden contener una cantidad significativa de calorías que no generan sensación de saciedad.

Este consumo inadvertido puede sumar calorías adicionales al día sin que la persona lo note. Para contrarrestar este problema, se sugiere optar por agua, infusiones sin azúcar, café negro o té verde. En el caso de los smoothies, prepararlos en casa permite controlar las porciones y los ingredientes, priorizando el uso de frutas enteras en lugar de jugos.

El consumo excesivo de alimentos saludables también puede ser un obstáculo. Productos como frutos secos, aguacate, aceite de oliva, pan integral y barritas “fit” son ricos en nutrientes, pero también en calorías.

Comerlos sin moderación puede llevar a exceder el requerimiento calórico diario, dificultando la pérdida de peso. Para evitar este error, se recomienda aprender a leer etiquetas nutricionales, medir las porciones y utilizar platos pequeños o cucharas para controlar la cantidad de alimentos consumidos. Por ejemplo, una porción adecuada de almendras sería de aproximadamente 10 unidades, en lugar de un puñado grande.

El sueño también juega un papel crucial en el control del peso. Dormir mal o en horarios irregulares altera las hormonas del apetito, como la grelina y la leptina, lo que incrementa el deseo de consumir carbohidratos simples al día siguiente.

Estos hábitos pueden ser fundamentales
Estos hábitos pueden ser fundamentales para bajar de peso. (Imagen Ilustrativa Infobae).

Para mejorar la calidad del sueño, se aconseja establecer un horario fijo para acostarse y levantarse, evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir y cenar ligero, dejando un margen de al menos dos horas antes de acostarse.

El estrés crónico es otro factor que puede sabotear los esfuerzos por perder peso. Este estado eleva los niveles de cortisol, una hormona que promueve el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal, y genera ansiedad por comer.

Para manejar el estrés, se proponen estrategias como realizar pausas activas durante el día, practicar ejercicios de respiración, caminar al aire libre o incorporar sesiones breves de meditación. Además, mejorar la calidad del sueño también contribuye a regular los niveles de estrés.

En resumen, los cinco hábitos que pueden interferir con la pérdida de peso son: subestimar las calorías líquidas, consumir alimentos saludables sin controlar las porciones, dormir mal o en horarios irregulares, vivir con estrés constante y realizar ayunos prolongados o dejar de comer sin una estrategia adecuada.

Cambiar estos comportamientos puede marcar una diferencia significativa en los resultados, permitiendo alcanzar los objetivos de manera más natural y sostenible, sin recurrir a dietas extremas.

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