
La costocondritis, también conocida como síndrome costoesternal, es una condición que genera inflamación en el cartílago que conecta las costillas con el esternón, en la parte frontal del tórax.
Aunque no representa un riesgo grave para la salud, el dolor que provoca puede ser intenso y, en ocasiones, confundirse con un infarto. Esta afección puede durar semanas o incluso meses, pero con el tratamiento adecuado tiende a resolverse sin mayores complicaciones.
Los síntomas principales incluyen un dolor punzante o ardoroso en el pecho, que puede intensificarse al moverse, respirar profundamente, toser o estornudar. Este dolor, que a menudo genera preocupación por su similitud con problemas cardíacos, no está relacionado con el corazón. Además, la sensibilidad al tacto en el área del cartílago costal es otro signo característico de esta inflamación.
Las causas de la costocondritis no siempre son claras, pero se han identificado varios factores que podrían contribuir a su aparición.

Entre ellos se encuentran lesiones o golpes en el pecho, ejercicios intensos como el levantamiento de peso, infecciones respiratorias que provocan tos excesiva, estrés repetitivo en la zona torácica e incluso artritis, aunque en menor medida. En casos raros, algunas infecciones también pueden desencadenar esta condición.
El diagnóstico de la costocondritis es clínico y lo realiza un médico mediante una exploración física. Durante esta evaluación, se busca sensibilidad al presionar el esternón o las costillas.
Además, es fundamental descartar otras causas graves de dolor en el pecho, como un infarto al miocardio, problemas pulmonares o reflujo gástrico. En caso de duda, se pueden emplear pruebas complementarias como un electrocardiograma (ECG), radiografías o resonancias magnéticas para confirmar el diagnóstico y excluir otras condiciones.
El tratamiento de esta afección se centra en aliviar los síntomas y permitir que la inflamación disminuya con el tiempo. Las opciones incluyen el uso de medicamentos analgésicos, reposo, fisioterapia y evitar actividades que puedan agravar el dolor.

También se recomienda la aplicación de calor o hielo en la zona afectada y realizar ejercicios de estiramiento bajo la supervisión de un fisioterapeuta. Aunque la recuperación puede ser lenta, la costocondritis no representa un peligro para la vida.
Es importante destacar que, aunque esta condición es benigna, no se debe ignorar el dolor en el pecho sin una evaluación médica adecuada, ya que podría confundirse con problemas más graves, como un infarto. Asimismo, se desaconseja la automedicación sin conocer la causa exacta del dolor.
En resumen, la costocondritis es una inflamación dolorosa pero no peligrosa del cartílago costal. Con un manejo adecuado, que incluye reposo, analgésicos y fisioterapia, los síntomas suelen mejorar con el tiempo, permitiendo a los pacientes retomar sus actividades habituales sin complicaciones.
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